Texto del estudio
1. ¿Qué significa la palabra “diezmo"?
La décima parte.
2. ¿Dónde menciona la Biblia por primera vez los diezmos?
En Génesis 14:20. Abraham dio “los diezmos de todo”, es decir, "del botín" (Hebreos 7:4), a Melquisedec, rey y sacerdote de Salem (Jerusalén). Se alude a este suceso en Hebreos 7:1-11, donde Melquisedec es presentado como tipo de Cristo.
3. ¿En qué consistían los diezmos entregados por Abraham a Melquisedec?
Eran “del botín” (Hebreos 7:4), es decir, de los bienes materiales rescatados por Abraham cuando este derrotó a los reyes del oriente (Génesis 14:1-20).
(Para un análisis bastante completo de Melquisedec como tipo de Cristo, de Hebreos 7:1-10 y Génesis 14:17-20, se recomienda el estudio: "¿DIEZMOS en la IGLESIA? Melquisedec, Abraham y Cristo. ¿Debemos los cristianos diezmar porque Abraham dio diezmos a Melquisedec? Hebreos 7:1-10; Génesis 14:17:20." Disponible en… www.editoriallapaz.org/diezmos_melquisedec.htm.
4. En la época antes del tiempo de Moisés, ¿se encuentran otros ejemplos de quienes diezmaban?
Solo el del patriarca Jacob quien hizo voto de apartar el diezmo de todo, con tal de tener feliz desenlace el viaje que realizaba (Génesis 28:20-22). Que conste: Dios no mandó a Jacob a hacer el voto. Jacob hizo el voto de su propia voluntad. La fraseología del voto descubre en Jacob un espíritu poco maduro, pues aquel varón condicionó su fe en Dios en bendiciones que él deseaba para su viaje. Jacob dice: "Jehová será mi Dios si...." (28:21), indicando condiciones el pequeño pero importante vocablo “si”. ¿Cuáles eran las condiciones? Unas cuantas, a saber: "…si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios" (28:20-21). Luego de pautar Jacob estas condiciones, promete: "…y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti".
Actualizaciones. Reflexionando sobre el voto de Jacob, se me ocurre que no pocos diezmadores del tiempo presente demuestran la misma mentalidad egoísta y materialista, así porque también intentan hacer, atrevidamente, “tratos, convenios o negocios con Dios”. “Dios mío, te doy el diezmo, esperando que me lo aumentes diez veces, que me prosperes, que sanes mi enfermedad, que me des salud, que concedas mis peticiones. ¡Alabado tu nombre! Tú lo has prometido. Lo doy por hecho.” A diferencia, el cristiano maduro, entendido y espiritual mantiene su fe en Dios, día tras día, año tras año, no condicionándola en prosperidad material, salud o cualquier otra consideración material. Siempre y cuando cuente con los recursos, aporta generosamente a la obra de Dios, no esperando a cambio recompensas materiales. Su actitud ecuánime y sabia es la que expresa el apóstol Pablo al escribir: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:12-13).
5. ¿Diezmaban todos los patriarcas desde Adán hasta Moisés?
No hallamos ninguna evidencia bíblica de que lo hicieran. Al escrutar los libros de historia del Antiguo Testamento, particularmente Génesis, comprendemos que no existía durante la Edad Patriarcal ningún sacerdocio especial parecido al sacerdocio levítico de la Era Mosaica. Deducimos, pues, que no hacía falta que se dieran de continuo diezmos durante la Edad Patriarcal ya que no había sacerdocio permanente que dependiera de ellos. El sacerdocio de Melquisedec era único en su categoría, existiendo en la tierra solo durante la vida de aquel varón, pues él era “sin padre, sin madre, sin genealogía” (Hebreos 7:1-3), y por consiguiente, ya no estando él en la tierra, su sacerdocio no seguía teniendo representación entre los seres humanos. No perdamos de vista que Abraham dio diezmos a Melquisedec en una sola ocasión, hasta dónde nos informa el relato sagrado. En cuanto a la posibilidad de que durante aquella Edad Patriarcal se dieran diezmos que fueran consumidos por menesterosos, viudas, huérfanos o todo el pueblo, tampoco hay evidencia alguna al respecto.
6. Apartando Dios a Israel para sus propósitos particulares, dio a aquel pueblo muchas leyes a través del mediador Moisés, entre ellas, algunas relacionadas con el diezmo. ¿Qué dice el mandamiento básico referente a “diezmar”?
Respuesta: “Indefectiblemente diezmarás... cada año” (Deuteronomio 14:22). “Indefectiblemente” quiere decir: “Que no puede faltar o dejar de ser” (Diccionario de la Real Academia Española. Microsoft Encarta).
7. ¿Con qué frecuencia deberían diezmar los israelitas?
“Cada año” (Deuteronomio 14:22). ¡Una sola vez al año! No cada mes, ni cada semana, sino ¡una sola vez al año! La actual práctica común en las iglesias donde pastores, “profetas”, “apóstoles” o evangelistas enseñan y exigen el diezmo obviamente no armoniza con la ley dada por Dios en Sinaí, pues en estas iglesias se suele ordenar que los feligreses diezmen cada semana.
8. ¿De qué cosas debían diezmar los israelitas?
“De todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año” (Deuteronomio 14:22). Algunos ejemplos de granos son: el trigo, la cebada, la avena y el arroz.
“De tu vino o de tu aceite” (Deuteronomio 14:23).
“De la simiente de la tierra como del fruto de los árboles” (Levítico 27:30).
“De vacas... de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara”, es decir, que fueran contados al salir a los pastos (Levítico 27:32).
Aplicación al presente. En el tiempo que vivimos, decenas de miles de líderes religiosos, de toda calaña, inculcan el diezmo. ¿Acaso pidan a los feligreses la décima parte de los productos del campo (frijoles, maíz, bananas, cocos, uvas, trigo, cebada, avena), de los animales (vacas, caballos, ovejas, cabras) o de las aves (gallinas, pavos, palomas, codornices)? ¿O solo piden dinero?
9. ¿Diezmaban los israelitas de su dinero?
Ningún pasaje del Antiguo Testamento enseña explícitamente el diezmo de dinero. Según Lucas 18:12, el fariseo que oraba, jactándose, dijo: “Doy diezmos de todo lo que gano”. Tal vez impliquen sus palabras que diezmase de su dinero, pero también existe la posibilidad de que comprara, utilizando la décima parte de sus ganancias monetarias, frutos, granos, animales, etcétera, para el alfolí del templo. Otro tanto pudiera hacer cualquier negociante israelita que no fuera agricultor, avicultor o ganadero. Lo cierto es que las leyes del Antiguo Testamento sobre “diezmar” claramente especificaban que el diezmo se constituía de lo que serviría para la alimentación de los sacerdotes levíticos, como además para la alimentación de todo el resto del pueblo que participara del diezmo, conforme a la información divulgada en la partida “12”.
10. El israelita que quisiera “rescatar algo del diezmo”, o sea, retener una porción del diezmo de los productos del campo o del ganado, ¿qué medidas debería tomar?
La respuesta se encuentra en Levítico 27:31. Debería calcular el valor de lo que se propusiera rescatar, luego añadir por encima de su precio justo “la quinta parte de dicho precio”. “Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello.” “La quinta parte”, o sea, el 20 %. En este caso, se deduce que entregara en efectivo el precio total de lo rescatado a los sacerdotes levíticos. Aún así, el diezmo original que le correspondía no era de dinero sino de frutas, granos o ganado. Lógicamente, a nadie en sus cabales se le ocurriría que “rescatar algo del diezmo de dinero” fuese buen negocio, pues hacerlo significaría añadir el 20 % al valor del dinero “rescatado”.