11. ¿Qué debían hacer los israelitas con los diezmos?
Respuesta. “Y comerás delante de... tu Dios en el lugar que él escogiere... el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite...” (Deuteronomio 14:23). Durante los primeros dos años de cada ciclo de tres, todos los israelitas comían sus diezmos. El tercer año, y de ahí en adelante “cada tres años”, entregaban “todo el diezmo... de aquel año” a los levitas (la tribu sacerdotal de Israel), extranjeros, huérfanos y viudas. “Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados…” (Deuteronomio 14:28-29).
12. ¿Quiere decir que no todos los diezmos fueron dados a los levitas?
Efectivamente, y este es un detalle que el estudioso imparcial no pasa por alto. En Deuteronomio 14:22-29 y 26:12 se enseña con diáfana claridad que los levitas recibirían todos los diezmos solo del “año tercero, el año del diezmo”. “Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán” (Deuteronomio 26:12). Tomemos nota de que el texto bíblico no dice “semana del diezmo” o “mes del diezmo” sino “el año del diezmo”. Según Deuteronomio 12:17-18, para los demás años los levitas comían los diezmos juntamente con los que los daban, participando de ellos también los hijos y los siervos de los israelitas.
Aplicación al presente. Hoy día, decenas de miles de líderes religiosos exigen diezmos, muchos a voz en cuello, con exhortaciones emotivas, amonestaciones ingeniosas y aun amenazas fulminantes. ¿Acaso los piden cada tres años? ¿Estarían conformes con recibirlos cada tercer año? ¡De modo alguno! “Diezmos” suele ser uno de sus temas favoritos, y acostumbran pedirlos en casi todo culto, volviendo sobre el tema una y otra vez con tenaz persistencia. ¿Comparte tal líder religioso los diezmos con los demás miembros de su congregación? ¿También con el extranjero, el huérfano y la viuda? ¿O los utiliza exclusivamente para su propio beneficio? Consabido es que no pocos pastores se enriquecen mediante los muchos diezmos de dinero que reciben. Habitan casas grandes. Visten ropa costosa. Andan en coches lujosos. Viajan de “primera clase”. Se alojan en hoteles de lujo. Tienen mucho dinero en el banco. Viven como príncipes. Como el Papa de Roma. Todo a expensas del crédulo pueblo creyente el que, desgraciadamente, desconoce la verdad sobre la doctrina de diezmos. Ya es hora para un gran despertar en este pueblo explotado. Abrir los ojos a realidades, y fijarse “en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina” por ser “personas” que “no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos” (Romanos 16:17-18). Tristemente, gran número de creyentes de hoy día adula a “mi pastor”, a “mi pastorcito”, sometiéndose ciegamente a su voluntad, tolerando “de buena gana a los necios… Pues toleráis si alguno os esclaviza, si alguno os devora, si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os da de bofetadas”, a manera de algunos miembros de la iglesia en Corinto (2 Corintios 11:18-20). Para vergüenza suya.
13. Dice Números 18:21 que Dios dio “a los hijos de Leví todos los diezmos”. ¿Contradice este texto a los dos pasajes de Deuteronomio ya citados?
Negativo. Es preciso interpretar Números 18:21 a la luz de Deuteronomio 14:23 y 26:12. Los Levitas recibían como heredad todos los diezmos de cada tercer año.
14. ¿Por qué debía comer el israelita sus diezmos de los primeros dos años?
Respuesta: “Para que aprendas a temer a Jehová todos los días” (Deuteronomio 14:23).
15. ¿Dónde debía comer el israelita sus diezmos?
“Delante de Jehová” (Deuteronomio 14:26), y solo en el lugar que él escogiere (Deuteronomio 14:23). “Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite… sino que delante de Jehová tu Dios las comerás, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido…” (Deuteronomio 12:17-18). Ciertamente, estas directrices enseñan que comer el pueblo los diezmos era un acto sagrado. Acto efectuado “delante de Jehová”.
16. De encontrarse algunos israelitas tan lejos del lugar escogido por Jehová para comer los diezmos que no pudieran llevar la décima parte de sus productos, ¿qué debían hacer?
Respuesta: Vender los diezmos, guardar el dinero, llegar al lugar señalado y comprar “cualquier cosa” que desearan comer. “Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido… entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas… y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia” (Deuteronomio 14:24-26). Así que, aquellos israelitas no cumplirían satisfactoriamente su deber, entregando dinero a los sacerdotes. ¡Debían comprar comestibles y consumírselos ellos mismos! Este particular no lo pasa por alto el estudioso concienzudo de esto temas. Definitivamente, el diezmo ordenado a Israel era de granos, ganado, etcétera, y no de dinero.
Aplicación al presente. ¿Dónde comen sus diezmos los creyentes que, hoy por hoy, diezman, y los líderes religiosos que los reciben? En primer lugar, hoy día no se diezma de cosechas, ganado, etcétera, sino de dinero. En segundo lugar, ni estos ni aquellos guardan ninguna de estas leyes del Antiguo Testamento sobre el uso de diezmos. Suponiendo que fuera necesario diezmar hoy día, con razón se preguntaría: ¿Por qué no hacerlo tal y como fue ordenado durante la Edad Mosaica, con el mismo propósito y de la misma manera? Hay quienes argumentan, refiriéndose a Abraham y Jacob, que diezmar predata a Moisés, y que, por consiguiente, no es necesario acatar las directrices de la Ley Mosaica sobre cómo diezmar, para qué diezmar, etcétera. De ser así, ¿qué persona o qué entidad del presente establecería, con autoridad divina, cómo diezmar en la iglesia, el propósito, la forma de administrar diezmos, etcétera, ya que los apóstoles no asentaron directrices al respecto en el Nuevo Testamento? Desde luego, muchos de los líderes religiosas que exigen diezmos reclaman tal “autoridad divina”, asegurando que “Dios me ha dicho… Dios me ha revelado en sueño que es necesario diezmar de dinero cada semana, y que el diezmo es para el pastor”. A lo cual replicamos que si fuera cierto lo que ellos alegan, entonces habría que imprimir nuevas ediciones de la Biblia, en las que se incluyeran sus “nuevas revelaciones” en torno a diezmos.
Sobre lo de “predatar el diezmo a la ley de Moisés”, esto no significa que diezmar sea una ley eterna de Dios, es decir, vigente en toda época, incluso para la iglesia durante la Era Cristiana. Observamos que también predatan a Moisés prácticas tales como levantar altares de piedra y ofrecer sacrificios de animales, cosas que hizo, por ejemplo, Abraham. ¿Acaso significan estos hechos que hoy día deberíamos los cristianos edificar altares y sacrificar animales? Negativo. El que está bien instruido en la palabra del Nuevo Testamento sabe que los sacrificios de los cristianos son “espirituales” (1 Pedro 2:4-8). “…vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.” Vemos, pues, que pasaron las cosas viejas de los patriarcas y los israelitas, incluso la práctica de diezmar de productos.
17. ¿Dónde se guardaban los diezmos que fueron apartados cada tres años para el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda?
Respuesta: en los ejidos de las ciudades de Israel (Deuteronomio 14:28). “En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían” (Nehemías 12:44). Desde aquellos lugares, o fueron repartidos los diezmos directamente entre los que tenían derecho de recibirlos (Deuteronomio 26:12) o fueron llevados y almacenados en las cámaras del templo en Jerusalén (2 Crónicas 31:4-13; Nehemías 12:44; 13:12). Los mayordomos encargados de los almacenes repartían los diezmos entre sus hermanos (2 Crónicas 31:11-13; Nehemías 13: 12-13). “Y todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite, a los almacenes” (Nehemías 13:12).
18. ¿Qué quiere decir “alfolí” en Malaquías 3:10? “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa.”
El “alfolí” era un granero, o almacén, donde los judíos guardaban sus diezmos. Desde luego, hacía falta un almacén para guardar el diezmo de los productos del campo, del ganado, etcétera, ¡pero no para guardar dinero! El dinero se guarda en cajas de seguridad, bancos u otro lugar seguro, pero ¡no en un alfolí! Los auspiciadores de “diezmos en la iglesia” suelen citar solo la primera parte Malaquías 3:10. “Traed todos los diezmos al alfolí…” Pero, no la segunda parte: “…y haya alimento en mi casa”. Dios no pidió dinero a los israelitas sino “alimento”. La “casa” de este versículo no es “la casa del pastor de la iglesia”, o “la casa de oración de la iglesia”, sino que era el templo en Jerusalén.
“Alfolí. (Del ant. alhorí, este del ár. hisp. alhurí, y este del ár. clás. hury; cf. egipcio mẖr y copto ahor). m. Granero o pósito. 2. Almacén de la sal.” (Microsoft® Encarta® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos)
Actualización. ¿Qué cosa es el "alfolí" del tiempo presente? Pues, las cosas cambian, o las cambian a su gusto algunos religiosos muy propensos a ir, atrevidamente, más allá de las Escrituras. Hoy día, las iglesias no construyen "alfolíes" para guardar diezmos de productos del campo o ganado. Figurativamente, el “alfolí” es la cartera o el bolsillo del pastor. O su cuenta bancaria, o la cuenta de su iglesia. O la cuenta de su "ministerio", organización, "sin fines de lucro", que se presta para la manipulación de diezmos u otros ingresos sin el escrutinio o la intervención de terceras.
19. ¿Es correcto exhortar a la iglesia a diezmar, apelando a Malaquías 3:10 como prueba?
Definitivamente que no. Malaquías 3:10 pertenece al Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento ha sido abrogado en su totalidad (2 Corintios 3:6-17; Hebreos 7:18-19), quitado de en medio y clavado en la cruz (Colosenses 2:14-16). El mandamiento de Malaquías 3:10 fue dirigido directa y exclusivamente al pueblo de Israel. Atañe al tiempo del Antiguo Testamento cuando la ley de Moisés estaba en vigor. Incorporarlo al Nuevo Testamento y adaptarlo a la iglesia, sin presentar evidencias bíblicas que justifiquen semejante acción, ha de catalogarse como hermenéutica defectuosa, irresponsable e inexcusable.
20. ¿Por qué nombró Dios a los levitas como recipientes de los diezmos de cada tres años?
Respuesta. Porque Dios mismo había seleccionado a la tribu de Leví para que se dedicaran los varones calificados al servicio del tabernáculo (Números 13:1-4). “Por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión” (Números 13:21), no recibiendo ellos heredad, o sea, una porción de la tierra prometida, entre los demás israelitas. Efectivamente, los diezmos eran su heredad (Números 18:20-24).
Hoy por hoy, los que piden diezmos, ¿pertenecen a la tribu de Leví? Si no son levitas, ¿con qué derecho reclaman diezmos?
Curiosamente, algunos pastores pentecostales reclaman ser “los sacerdotes de la iglesia”. Por ejemplo, escribió el pastor Javier: “En la actualidad, nosotros los pastores somos los sacerdotes de la iglesia de Cristo”. Descubrimos las grandes fallas de su argumentación en el estudio detallado sobre esta enseñanza disponible en… www.editoriallapaz.org/diezmos_pastores_son_sacerdotes.htm/.