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CAPITULO 11 - EXHORTACIÓN AL PASTORSe que muchos pastores, ante estas verdades irrefutables, van a tener un problema entre sus manos, sobre todo los que dedican tiempo completo al ministerio, siento decirles que la solución no está en mis manos, sino en las suyas, en que tan grande es su fe en el Señor, ese Jesús que predica, ese que no ve pero siente, el que le dice “bienaventurados los que no vieron y creyeron”, creo que este es el momento preciso para que recuerde cuando usted enseñaba a la iglesia “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera,…” , la célebre frase de Abraham “Dios se proveerá…”, las palabras de Jesús “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”, “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”, “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”, “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”, al salmista decir “...no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan”, etc. etc. Usted sabe estimado pastor, que en la Biblia hay una infinidad de promesas dispuestas por el Señor para sus hijos, y nosotros las usamos habitualmente para animar a los miembros de la iglesia, diciendo, que Dios cumple sus promesas; cual catedráticos enseñamos la fe, e invitamos al hermano a no dudar, sino creer. Esto que consideramos bueno para los demás ¿no lo es para nosotros? La fe que se espera de la iglesia ¿la tiene el pastor? Si su fe no es suficiente como para confiar que Dios va a suplir todas sus necesidades, ¿Qué hace en el ministerio pastoral? ¡Sea consecuente! Ponga atención a lo siguiente Hebreos 13:7 “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe” ¿que fe va a imitar la iglesia si el pastor basa su presupuesto en los diezmos, y no en el Señor? (presupuesto: Computo anticipado de gastos o ingresos) Creo, sin embargo, que algunos optarán por la verdad, aunque esto signifique una importante disminución en sus ingresos.El aceptar esta enseñanza trae consigo cosas positivas y “negativas”; lo positivo es que permaneciendo en la verdad, el pastor sea creíble, y su fe sea imitada. Lo negativo es que gracias a esta verdad, muchos se sientan “liberados” y cierren su mano, dejando al pastor en la disyuntiva, si dejar su ministerio o seguir ejerciendo dejándose caer en las manos de Dios, y esperar a ser sustentado por él; quiero decirles, que cuando yo recibí esta enseñanza mediante el escudriñar las Escrituras, supe que mi ministerio no sería fácil, que no tendría ningún ingreso por este medio, y tal vez pasaría mucho tiempo sin recibir alguna atención económica, y no me equivoqué. Todas las cosas tienen dos opciones, como una moneda que tiene cara y sello, hay positivo o negativo, verdad o mentira; ya sabe cuál fue mi elección, opté por la verdad, ya sea que la iglesia me sustente o jamás lo haga, mi fe en Cristo no decaerá y mejor aún, esto me hará más dependiente de Dios, mis ojos estarán puestos en él, y no en las manos de los hermanos, como quien espera el sobre de diezmos que me solucione los problemas.Lamentablemente otros sucumbirán ante la tentación de continuar con una enseñanza antojadiza, puesto que es más fácil, ver un desfile de miembros de la Iglesia con un sobre en la mano, trayendo ese deseado 10%, a esperar que el Señor supla sus necesidades.Esperar en Dios es mucho más glorioso.Pastor, el temor a Dios le obliga a ser verdadero (no puede ser de otra forma), la lectura de este libro le hace responsable de una verdad irrefutable, sin embargo usted debe tomar la decisión.Por mi parte, e cumplido con darlo a conocer, con prudencia, pero no sin firmeza.