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CAPITULO 10 - CRISTIANOS v/s LA LEY
En mi vida cristiana, he tenido la gracia de conversar con muchos hermanos sobre variados temas, y cuando se llega al punto de hablar sobre la ley, escucho decir que la ley es mala, porque nadie la pudo cumplir y además si hubiese sido buena, Dios no la hubiera cambiado.
Las palabras brotan de nuestros labios sin temor, al calificar en forma negativa la ley, veamos lo que dice Romanos 7:12 “…la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno”. La ley fue dada por Dios, por lo tanto no podemos, por ningún motivo, poner en juicio la capacidad mental del creador, porque al calificar de mala la ley, lo estamos cuestionando como a cualquier ser humano, y bajándolo a nuestro nivel. Dios es santo, por lo tanto la ley es santa; el es justo, la ley es justa; el es bueno, la ley es buena, esto es incuestionable. Hagamos una comparación, cuando usted se mira al espejo ¿Qué ve? su rostro, al observarlo detenidamente, le aseguro que encontrará mas de algo, que no será de su agrado ¿cuál es su reacción? ¿Acaso toma el espejo y lo lanza a la basura diciendo que es malo, por mostrar lo que a usted no le agrada? ¿Que culpa tiene el espejo? De la misma forma sucedió con la ley; la ley santa, justa y buena, descubrió el pecado que había en el hombre, Romanos 7:7-11 “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mi toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mi me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató”.
Mientras usted no se mire al espejo, todo va a estar bien, no verá nada desagradable en su rostro, podrá permanecer sin lavarse, sin peinarse, etc. porque no va a tener algo que le acuse o le muestre sus defectos.
Consideremos lo que dice el v.14 “Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado”
El que la ley haya sido cambiada no significa que sea mala, sino la muestra más gloriosa del amor de Dios hacia su creación.
El apóstol Pablo, hace una analogía muy especial, y en esta, tomada del matrimonio, nos de una claridad que no podemos desaprovechar. Romanos 7:1-4 “¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que este vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos frutos para Dios”
Aquí lo que se relata, es un caso legal; y este caso puede ser entendido fácilmente por el lector. El matrimonio es para toda la vida, y la mujer puede unirse a otro hombre, sólo si su marido ha muerto, de otra forma sería adúltera. El esposo es la ley, y se da a entender que este muere; dejando a su esposa (el creyente) viuda; ¿pero que es lo que sucede aquí? ¿Cómo es que muere la ley? Mientras Cristo vive, también vive la ley, y cuando Jesús es crucificado y muerto en la cruz, muere la naturaleza adámica de la ley. El v.4 nos dice que nosotros morimos a la ley, mediante el cuerpo de Cristo, pero esta muerte no es física, sino legal. Aquí hay cambio de régimen; al resucitar Cristo, en calidad de “viuda”, podemos unirnos a él sin llegar al adulterio.
Hebreos 7:22 “Jesús es hecho fiador de un mejor pacto” Hebreos 8:6-7,13 “…mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer”
La ley mosaica fue cambiada por el Nuevo pacto, y “queda abrogado a causa de su debilidad e ineficacia”
Queda claro, que ya no estamos bajo la ley; esta ha sido abrogada, y cualquier intento de mantenerla “viva”, en cualquiera de sus puntos, como es el diezmo, es no valorar la obra redentora de Jesús, el Hijo de Dios, y menospreciar su sangre vertida en la cruz.
Gálatas 3:17,23-26 “el pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”
El estar bajo ayo, no significa estar al cuidado de un profesor, sino al cuidado de un guardador o esclavo, que solamente cumple un papel secundario, como es el indicarle buenas costumbres hasta traernos a Cristo “pero venida la fe” nos indica que ya no estamos al cuidado de este guardador; ya que hemos pasado de niños a adultos, 1Juan 2:27 “pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él”
Y el Espíritu Santo os guiará a toda verdad...
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