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CAPITULO 5 - SU SOSTENIMIENTO
Estas eran las doce tribus, que corresponden a cada uno de los hijos de Jacob: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Zabulón, Izacar, Dan, Gad, Aser, Neftalí, José y Benjamín. Sin embargo, los dos hijos que le nacieron a José en Egipto, son adoptados por Jacob. Génesis 48:5 “Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son…” (Favor leer el capitulo). Con esta adopción de los hijos de José por parte de Israel, contamos catorce tribus. Al adoptar Jacob como hijos a Efraín y Manasés, es obvio que también son merecedores de heredad, pero en la distribución de la heredad de cada uno de estos a perpetuidad, la tribu de Leví, por mandato de Dios queda fuera del censo como lo vimos en el capitulo anterior. Ya no es tribu. Quedan trece. El otro cambio que sufre la designación de heredad es el caso de José, quien queda sin tribu, pero si sus dos hijos Efraín y Manasés; pudiera pensarse en la injusticia que se produce al dejar a José fuera de esta heredad, pero lo mas glorioso es que obtiene por medio de sus hijos, doble heredad. Son ahora doce tribus, las que permanecen a perpetuidad.

Ubicacion de las tribus

Division de las tribus

Como podemos ver, los levitas no tienen un “terrenito” propio, de la que puedan sacar provecho, por ej: sembrar, cosechar, vender, no tenían otra opción, sino la encomendada por Dios, ¡servir en el Tabernáculo de Reunión! Por cierto, mirado desde nuestra perspectiva, esto los deja en total desventaja respecto de las demás tribus, los hace dependientes de sus hermanos tribales; pero no nos engañemos, si bien es cierto que materialmente deben recibir el sustento del pueblo, éstos dependen exclusivamente de Dios. Números 18:20 “…Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel” los levitas son de Dios, el trabajo a realizar es exclusivo de él, y por causa del pueblo. Números 18:21-23 “…ellos (levitas) sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cuál mueran. Más los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad”.
A saber, la “atención económica” que hiciera el pueblo a los levitas, no era a título personal, ellos respondían a un mandato divino, del Dios que los había escogido por su pueblo, Éxodo 6:6-7 “…dirás a los hijos de Israel: Yo soy Jehová; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios”
Éxodo 19:5-6 “Ahora, pues, si dieres oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa”
Como pueblo de Dios, tenían que aceptar sus reglas, el reino que Dios decía, ya estaba en marcha, y el sustento hacia los levitas, era entregar lo que Dios reclamaba para sí, Números 18:24 “Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda”
El sostenimiento de los levitas era por medio de las ofrendas y diezmos del grano, frutos y ganado. Números 18:18-19 “Y la carne de ellos será tuya; como el pecho de la ofrenda mecida y como la espaldilla de la derecha será tuya. Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a Jehová, las he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal perpetuo es delante de Jehová para ti y para tu descendencia contigo”.
Todas las tribus sustentaban a quienes no tenían heredad de entre ellos; los que servían en el Tabernáculo del Testimonio.
Todo trabajo es digno de remuneración, los sacerdotes y levitas, debían recibir el suyo. Números 18:20-21 “…de la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel. Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.”
Puesto que el pueblo de Israel, es pueblo de Dios, tenían mandato de sostener a los levitas, quienes oficiaban en el Tabernáculo por todo el pueblo, “Por su ministerio”
El trabajo a efectuar por los sacerdotes y levitas no es menor, su oficio implica llevar el pecado del pueblo. Números 18:1 “Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo llevaréis el pecado del santuario; y tu y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio”.
Los sacerdotes y levitas no solamente ofrecerían sacrificios de gratitud, sino también para expiación por los pecados del pueblo.
Encontramos una variedad de normas, dispuestas por Dios, en que los habitantes de Israel deberían acudir a los sacerdotes con ofrendas y sacrificios por los pecados cometidos.
Al momento que los sacerdotes tomaban la ofrenda a sacrificar, se hacían poseedores del pecado, es lo que dice el versículo anterior “…llevaréis el pecado del santuario; y tu y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio”.
Con esto intento aclarar el rol que debían asumir los sacerdotes, el pueblo podía confiar en que sus pecados eran quitados por el hecho de recurrir con su respectiva ofrenda, a quienes tenían mandato de Dios de ofrecerlas en sacrificio.
Al recibir el diezmo del pueblo estaba recibiendo la remuneración por su trabajo. Números 18:31 “… es vuestra remuneración por vuestro ministerio en el tabernáculo de reunión”.
En los versículos siguientes veremos que es lo que Dios tiene en mente, cuando se refiere al diezmo, Levítico 27:30-32 “Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová. Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello. Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová”
Note que la mirada de Dios no está puesta en el dinero, sino en el producto de la tierra, frutos de árboles y animales; me llama la atención que él no incluyera la actividad minera, la carpintería y otras que habrían en ese tiempo.
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